Un día durante las vacaciones, paseando por un supermercado que no es de mis habituales encontré unas curiosas conservas que se llamaban como la receta de hoy. Había de varios tipos de frutas, pero me llamó mucho la atención porque no las conocía, una de ellas era una «Rapsodia de naranja y jengibre». Quizá a vosotros os suene más este tipo de confituras, pero yo nunca la había probado.
Por eso, empecé a buscar algo más de información y tengo que decir que no he encontrado apenas detalles, solamente alguna descripción escueta.
La rapsodia de frutas es un tipo de confitura que se compone de frutas pero la diferencia principal es que no llevan azúcar añadido, sino que se complementa con zumo concentrado de fruta, especialmente de uva que le añade el dulzor y la pectina para sea maleable y su textura similar a una mermelada espesa.
Este tipo de recetas parece que tienen su origen en la campiña francesa, aunque tampoco he conseguido averiguar de momento más. Son más puras y más exquisitas quizá que otras porque llevan mucho más contenido de fruta, realmente deberían ser pura fruta y no añadir azúcares ni conservantes por supuesto.
Para los que elaboramos mermeladas en casa a mí me parece que no hay tanta diferencia porque puedes elegir las cantidades al gusto y si quieres elaborarlas con poca azúcar o nada, o con otro tipo de combinaciones.
Aparte de esto, la combinación es buena y la naranja junto al toque de jengibre resulta un sabor peculiar y que puede servir para acompañar postres o en tostas de desayuno.
- En la mermelada los trozos de fruta no se aprecian, está triturada y es homogénea. Lleva una cantidad de azúcar superior al 50%. Al llevarlo a una temperatura determinada el azúcar se va caramelizando y adquiriendo su textura típica gelatinosa.
- La confitura suele llevar la fruta en trozos más grandes que se aprecian en la textura, lo cual suele ser de más valor ya que se reconoce la fruta. Lleva una cantidad de azúcar que no suele superar el 50%, es decir, menos cantidad de azúcar que las mermeladas. Al elaborarla pueden ser menos líquidas que las mermeladas, más espesas.
- La rapsodia sería la más natural porque lleva más frutas y no tiene azúcares añadidos, sino que se le agrega zumo concentrado de frutas, por eso se aprecia su calidad mayor, pero como las diferencias no son realmente claras, no es un producto que se encuentre fácilmente
Todo esto es una conclusión que yo he sacado, desde luego creo que se puede opinar muchísimo sobre el tema.
Rapsodia de naranja y jengibre
Ingredientes
- Un kilo de naranjas
- 3/4 litro de zumo de uva
- Una cucharadita de jengibre rallado
Elaboración
Para el zumo de uvas yo lo he elaborado directamente con la fruta fresca y una licuadora o similar. Con aproximadamente un kilo y medio de uvas podremos obtener el zumo necesario para la receta. Lo mejor es que sea uva blanca madura. Si queréis hacerlo de un modo natural esta es la mejor manera puesto que si compráis el zumo ya hay que fijarse que llevan edulcorantes o conservantes y esta receta pierde su mejor valor.
También sería posible hacerlo con zumo de manzanas.
Una vez obtenido el zumo ponerlo en un cazo a fuego lento hasta que vaya reduciendo y consigamos un concentrado de zumo, como un jarabe. Podemos tardar unos 20 minutos. Lo reservamos.
A continuación pelamos muy bien las naranjas, retiramos toda la piel que podamos y dejamos los gajos limpios. Los colocamos en una cazuela a fuego medio y le agregamos el zumo concentrado que teníamos reservado.
Añadimos también el jengibre al gusto. Dejaremos cocer durante unos veinte minutos, removiendo constantemente.
Cuando pase ese tiempo y tengamos toda la fruta cocida veremos que la textura ya es de un puré. Si nos gusta un poco más líquido podemos agregar un poco de agua, aunque este tipo de confitura es espesa y a mí me ha gustado de esta manera. Si deseamos que sea mucho más fina se puede tritura al acabarla.
[box style=»rounded»]Notas[/box]
Al contener bastante pectina de las frutas recordad que no requiere añadir gelificantes artificiales, otra ventaja de su elaboración natural.
Se obtienen cantidades más pequeñas que si realizamos mermeladas convencionales, con mucha cantidad de azúcar añadida, aunque la rapsodia hay que envasarla al vacío o usarla en breve espacio de tiempo porque no aguantará tanto.
Como complemento para postres es una gran opción o para acompañar tostas o brioches. A mí me ha parecedo muy curioso porque en realidad es como si estuviera comiendo un puré de frutas, espeso, pero ligero a la vez y con un sabor intenso. Es importante la elección de la fruta eso sí, porque al no llevar azúcares ni añadidos, lo que realmente queda es el sabor de la pieza que elijáis que debería estar madura y ser dulce.
Me ha parecido también interesante el contraste al comerla con galletas saladas, casi como un paté de frutas, otra opción a probar.
Esta idea me ha gustado pero tengo que experimentar un poco más, puesto que es un modo de hacerlo sencillo y no veo grandes diferencias con confituras que puedas hacer en casa, pero no me digáis que no tiene un nombre sugerente y atractivo…
Aquí podéis ver otras confituras: